¿Sabes lo que es la toxina botulínica? Descubre por qué es tan famosa y lo que puede hacer por ti
Junio 15, 2018
Es muy probable que todas las personas que lean este blog hayan escuchado alguna vez hablar sobre la toxina botulínica, que sepan que se trata de un método para combatir el envejecimiento y más allá de eso, que tengan cierta noción de en qué consiste. No obstante, la mayoría de la gente no conoce de dónde procede este producto exactamente, por qué goza de tanta fama, cuáles son sus implicaciones y en qué tipo de pacientes se aplica normalmente. Aunque se trata de una alternativa primaria entre los métodos de rejuvenecimiento en Colombia, existe mucho desconocimiento acerca del
bótox en Bogotá y sus ventajas. Antes que nada, resulta interesante echar una mirada hacia atrás y comentar una breve reseña histórica de la toxina botulínica, el nombre con el cual se le conoce a este compuesto químico: la toxina botulínica fue aislada por primera vez en 1895 por Émile van Ermengem, el primer bacteriólogo que pudo estudiarla con mayor profundidad. Los descubrimientos derivados de sus estudios provocaron que la toxina botulínica tuviera más aplicaciones de las que cualquiera pudiera creer, incluyendo su capacidad para tratar desórdenes musculares.
Hace ya más de cien años que se logró aislar esta toxina; no obstante, no sería hasta muchos años después de esa época, específicamente hacia finales de los 90, cuando se determinaría que sus propiedades para paralizar músculos podían tener su aplicación en la industria cosmética, específicamente en tratamientos de rejuvenecimiento facial. Fue a partir de entonces que se implementó el compuesto como un método innovador en tratamientos estéticos y empezó a producirse industrialmente. Conocer los detalles técnicos acerca del mecanismo de acción de la toxina botulínica permitió a los investigadores de esta área desarrollar el producto estético. Este se inyecta directamente en los músculos, en los puntos del rostro que el especialista considere más oportunos. Las microinyecciones contienen cantidades diminutas de toxina botulínica, destinadas a actuar sobre los impulsos nerviosos y bloquear la acetilcolina, una sustancia reguladora de la función muscular.
Al aplicar toxina botulínica sobre los músculos que presentan mayor actividad en la cara, estos se paralizan del todo al cabo de un tiempo (entre 2 y tres días después), haciendo que las arrugas desaparezcan. La toxina botulínica debe su gran fama a que, gracias al
boom experimentado en sus inicios como tratamiento estético, muchas celebridades comenzaron a recurrir a él como un método para preservar su imagen juvenil, desencadenando una ola mediática y publicitaria en el mundo del espectáculo y la moda que tuvo como resultado una altísima demanda del producto a nivel mundial. Sin embargo, es bien sabido que el abuso de esta sustancia o la aplicación incorrecta del tratamiento puede generar resultados muy nocivos, que lejos de favorecer una apariencia juvenil, pueden causar efectos indeseables. A pesar de que algunas personas abusan de él, la toxina botulínica ha probado a través del tiempo ser una aliada importante y muy solicitada en el mundo de la cosmética.
¿Por qué elegir la toxina botulínica como la opción para rejuvenecer?
Las ventajas de usar la toxina botulínica como un arma contra las arrugas son claras y muy conocidas. Una de ellas es que se trata de un método que no requiere ningún procedimiento quirúrgico y es una técnica prácticamente indolora, ya que solo bastan unas cuantas microinyecciones para aplicarlo, con resultados que comienzan a evidenciarse a corto plazo. Además, a partir de los resultados que se obtengan, se puede mantener la piel con un aspecto más lozano para evitar tener que recurrir a la cirugía, en la mayoría de los casos. Por si fueran pocas estas razones para elegirlo, la toxina botulínica puede aplicarse en cualquier época del año, no tiene casi ninguna contraindicación y sus efectos, aunque no son permanentes, pueden prolongarse por hasta cinco o seis meses. Son muchos los pacientes que han visto gratos resultados gracias a la toxina botulínica y han sido testigos de sus satisfactorios efectos prolongados.
Cabe acotar que no es únicamente en el ámbito estético donde la toxina botulínica cuenta con una participación importante. Esta sustancia se usa también para otras aplicaciones que, aunque no estén relacionadas con la medicina estética, son de gran ayuda para muchos pacientes que sufren de diversas afecciones. La toxina botulínica se utiliza también para: disminuir la actividad de las glándulas sudoríparas en pacientes con sudoración excesiva en manos y pies (hiperhidrosis), controlar el blefaroespasmo o contracciones involuntarias en la musculatura del ojo y para tratar otros desórdenes musculares. Es muy importante tener en cuenta que quien realice el tratamiento con toxina botulínica debe ser un profesional especializado, con la suficiente experiencia y el conocimiento para conseguir los mejores resultados. Así, se evitan efectos adversos como parálisis de músculos equivocados, hinchazones y cualquier tipo de molestias derivadas de tratamientos mal efectuados.
Luego de haber conocido todos estos detalles acerca de este fantástico método de rejuvenecimiento, es posible que te interese ir más allá y estés pensando en la posibilidad de recibir este tratamiento para adquirir una apariencia más juvenil y estética. Si deseas acudir a una consulta y someterte a un tratamiento con toxina botulínica para combatir el envejecimiento o considerar alguna otra de las alternativas estéticas de las que dispongo, yo puedo ser ese especialista que te brinde todo el apoyo que requieres. Si acudes a mi consulta y hablamos directamente, ya habrás dado el primer gran paso para evaluar la posibilidad de someterte a un método efectivo para combatir las arrugas. Si deseas contactarme, no dudes en comunicarte al
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